Ruinas mayas de Cobá.
Llegamos a Cobá y entramos en el enorme recinto. Comenzamos a ver la primera de las ruinas, una especie de templo piramidal, rodeado por otros monumentos, sin llevar con nosotros ni siquiera un plano, ni guía ni nada que nos sirviera de orientación.
Enseguida nos dimos cuenta de que, de ese modo nos íbamos a perder gran parte de la información y de todo lo interesante, además de que nos quedarían muchas cosas por ver.
A la entrada había un grupo de chicos que ofrecían sus servicios como guías, pero habíamos descartado esa idea. Al salir del primer recinto, nos encontramos con Roger, un chico que estaba esperando a ver si algún grupo necesitaba un guía. Después de un corto regateo, lo contratamos como guía por 20$.
El martes decidimos hacer otra excursión
cultural. Afortunadamente, la Riviera Maya está repleta de sitios a donde ir.
Nos decidimos por las ruinas mayas de Cobá, haciendo caso de la recomendación
que nos había hecho Cindy, la nueva amiga de Bulgaria de Graci.
Cobá está a poco más de dos horas (una de autopista y otra por una bonita
carretera) de Puerto Aventuras, donde estaba situado nuestro
apartamento. Cami y Juanfe no quisieron acompañarnos en esta excursión y
se quedaron en el resort, por lo que solo fuimos Álvaro, Jimena, Graci y yo.
Salimos muy tempranito, para evitar
aglomeraciones, siguiendo nuevamente las recomendaciones de la amiga de Graci.Llegamos a Cobá y entramos en el enorme recinto. Comenzamos a ver la primera de las ruinas, una especie de templo piramidal, rodeado por otros monumentos, sin llevar con nosotros ni siquiera un plano, ni guía ni nada que nos sirviera de orientación.
Enseguida nos dimos cuenta de que, de ese modo nos íbamos a perder gran parte de la información y de todo lo interesante, además de que nos quedarían muchas cosas por ver.
A la entrada había un grupo de chicos que ofrecían sus servicios como guías, pero habíamos descartado esa idea. Al salir del primer recinto, nos encontramos con Roger, un chico que estaba esperando a ver si algún grupo necesitaba un guía. Después de un corto regateo, lo contratamos como guía por 20$.
Él nos recomendó que alquiláramos una bicicleta para hacer el resto de la visita, algo que ni siquiera se nos había pasado por la imaginación. Nuevamente, esa idea fue un gran acierto, porque el complejo es muy grande, y lo que en bicicleta es un agradable paseo de 3 minutos, se convierte en una larga caminata si se hace a pie.
Ya montados en nuestras bicicletas, recorrimos los senderos en un maravilloso bosque tropical, para visitar todos los demás complejos del recinto, los campos de juego de pelota, el observatorio (primera fotografía), el resto de las ruinas y para terminar llegamos al plato fuerte: una enorme pirámide de 42, llamada Nohoc Mul.
Cuando llegamos allí, comenzaba a llover. Nuestro guía nos dio una rápida explicación y con la misma, dio por terminado su trabajo. Nosotros nos dispusimos a subir a lo alto de la pirámide y cuando estábamos en la cima, estalló un terrible tormenta.
El vértice de una pirámide no es el mejor sitio para estar en medio de una tormenta tropical, que incluía rayos y truenos impresionantes. Pero de todos modos, nos quedamos el tiempo suficiente para disfrutar de las impresionantes vistas sobre el bosque tropical, para tomar algunas fotografías, y para mojarnos como pollitos con la lluvia.
Después, emprendimos la bajada de la pirámide escalonada, que se hizo algo más dificultosa que la subida, al estar los escalones mojados.
Podéis ver mucha información sobre Cobá en el blog de otro viajero, que hizo una excursión muy parecida a la nuestra y que además añadió muchas fotografías en este enlace.
Las fotos que nosotros tomamos en Cobá, podéis verlas en este otro enlace.
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